
Grandes corazones en Koni, Costa de Marfil
Este año ha sido la segunda vez que he tenido la experiencia de CTM en Costa de Marfil. Cuando volví de allí, la primera semana, no podía dormir bien y eso que volvía a mi cama y a mi casa, pero no podía dejar libre la mente de todo lo vivido allí, toda la noche tenía la cabeza llena de pensamientos de aquellas tierras, de aquellas gentes, de todo lo vivido. Este año la experiencia ha sido diferente a la del año pasado, pero igual o más de enriquecedora para el alma y para el cuerpo. Llegué con mi grupo, de gente extraordinaria, con mis hermanos Pencho y Fede, con Lulu, Carmen, Paula y Carlos. Nos recibieron, como siempre los hermanos de la comunidad de Korhogó, que lo dan todo para que nos sintamos como en nuestra casa, el hermano Poku viaja hasta Abidjan para recogernos y trasladarnos hasta nuestro barrio de allí “le Petit Paris”. Allí en el colegio se realiza la colonia con los niños del barrio, que también nos reciben a los voluntarios con todo cariño, los monitores que ayudan a realizar la colonia y todas las personas que participan en su buen desarrollo, profes, cocineras… Mis compañeros se quedaron en la colonia, pero yo este año llevaba otra misión. He estado en el dispensario de las Hermanas de la Anunciación, en Koni. Allí he llevado a cabo mi trabajo como enfermera voluntaria, he estado pasando consulta, la mayor parte del tiempo ha sido con niños. Hay